Del Revés 2 (Inside Out 2, 2024) es el regreso del mejor Pixar a nivel creativo y comercial a la gran pantalla pues, aunque para muchos el regreso creativo ya se produjo con Elemental (2023), no hubo desde el primer momento (aunque luego se mantuvo en taquilla lo suficiente como para tener una gran recaudación) el mismo éxito comercial que esta película ha tenido en preventa y en los preestrenos (además de los estrenos en los países en los que ya se ha ido lanzando).
La historia de Del Revés 2 comienza dos años después de los acontecimientos de Del Revés (2015), en un punto de su vida en el que la protagonista, Riley, y sus emociones, Alegría, Tristeza, Asco, Miedo e Ira, son muy felices pues acaban de ganar el campeonato de Hockey Hielo y Riley está a punto de entrar al instituto. Pero todo se tuerce cuando la pubertad comienza coincidiendo con un campamento de hockey dirigido por la entrenadora del equipo de su nuevo instituto, a quien Riley quiere impresionar para entrar en el equipo desde el primer año, lo que no es habitual.
Desde ese instante, todo empieza a cambiar dentro de Riley, desde la consola de las emociones que se vuelve más sensible, hasta la aparición de nuevas emociones: Ansiedad, Vergüenza, Envidia y Aburrimiento. Y, por supuesto, todo lo que ocurre en su interior se traduce en su exterior, provocando cambios en su vida y sus relaciones.
Con esta película, Pixar ha vuelto a hacer un gran trabajo combinando muy bien lo emocional con el tono más cómico (se juega mucho más a entrar en la mente de otros personajes) y han sabido aprovechar muy bien la existencia de la ansiedad para reflejar cómo puede ser nuestro peor enemigo aunque surja de una buena intención, de un deseo de protegernos.
Lo que tal vez le falla a la película es la progresión de eventos que ocurren dentro de la mente de Riley pues, si bien en la primera todo lo relacionado con el amigo imaginario de Riley pudo resultarle menos interesante a un adulto, sí que servía, al igual que todo lo que ocurría en cada región de la mente, para forzar a alegría y tristeza a dirigirse y enfrentarse a la siguiente situación.
Pero, en esta ocasión, lo que le ocurre a alegría es que está perdida, lo cual se aprovecha muy bien en determinados momentos, mientras que en otros hace que, más allá del objetivo que tienen para recorrer toda la mente de Riley hasta llegar al fondo de la misma y luego volver a la sala de control, no haya ninguna razón para que pasen por una región u otra de su mente y simplemente se encuentran un sitio y luego otro sin que realmente pudiera ser estrictamente necesario atravesarlos en un orden concreto.
Aunque todo esto no quiere decir que la película esté mal contada pues, como siempre, los guiones de Pixar están bien escritos y, de hecho, al igual que ocurría en la primera película, se muestra de formas muy interesantes cómo cada emoción que Riley siente desemboca en una acción externa.
Junto a todo lo anteriormente mencionado, si se le puede sacar alguna pega a una película tan buena como esta, es que, junto con esa sensación de que alegría recorre la mente de Riley sin que un sitio y lo que en él ocurre le lleve al siguiente, se echa en falta una nueva evolución en la animación en Pixar que con otras secuelas tardías, como en la serie de Monstruos (2001 y 2013) y en la de Los Increíbles (2004 y 2017) sí que se percibía a pesar de que la diferencia de años no es mucho mayor que los nueve que separan las dos entregas de Del revés.
Aún así, todo lo mencionado es sacarle punta a una película muy buena que todo el público (excepto tal vez aquellos con emociones reprimidas) va a disfrutar enormemente, en especial en pantalla grande donde se le saca el máximo partido a la forma de encuadrar a los personajes de la película, con muchos de ellos distribuidos por el plano, y la enormemente variada gama de colores y sonidos.
Del Revés 2 está ya disponible en cines.
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